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sábado, 3 de diciembre de 2022

Fútbol en la Sevilla de 1860

Sevilla es una ciudad que jamás deja de asombrar. A su espectacular belleza, debemos sumar su enorme contribución a la historia del fútbol español. De hecho, Sevilla fue testigo del primer partido de fútbol jugado en España entre dos clubes. El histórico acontecimiento tuvo lugar el 8 de marzo de 1890 en el Hipódromo de Tablada, finalizando con victoria del Sevilla Fútbol Club sobre el Huelva Recreation Club por dos goles a cero.

Dejando a un lado el histórico y trascendental partido de fútbol jugado en la capital hispalense en 1890, Protofútbol le propone hoy un viaje atrás en el tiempo, un asombroso salto de 30 años para situarnos en un enclave concreto de la Sevilla de 1860 y desvelar un nuevo hallazgo.

Por fortuna, los actuales medios tecnológicos nos permiten visitar casi cualquier punto de nuestra geografía, aunque podamos estar a cientos de kilómetros. Observen.

Nos encontramos en la calle Pacheco y Núñez de Prado, vía que desde 1916 debe su nombre al utrerano Francisco Pacheco y Núñez de Prado. Popularmente conocido como marqués de Gandul, aunque jamás llegó a ostentar dicho título oficialmente, Francisco Pacheco y Núñez de Prado fue un destacado personaje en la Sevilla de finales del siglo XIX y principios del XX. Político, ganadero y Caballero de la Real Maestranza, Pacheco y Núñez de Prado fue promotor de las Colonias Escolares de Sevilla y de los Altos Colegios ubicados al final de la calle a la que hoy da su nombre. Francisco Pacheco y Núñez de Prado fue también un apasionado de la arqueología, llegando ha establecer relaciones con Jorge Bonsor.

En un extremo de la Alameda de Hércules, el jardín público más antiguo de Europa, se encuentra una pequeña plaza, donde confluyen la calle Peral y la calle Pacheco y Núñez de Prado. Veamos esa pequeña plaza en la confluencia de ambas calles.


Llegados a este punto, conviene decir que la calle Pacheco y Núñez de Prado no siempre se llamó así. Antes de que en 1916 recibiese su actual nombre, la calle se llamaba Ciegos, al menos desde el año 1402.

Pues bien, una vez situados en el mapa de Sevilla, veamos la sorprendente noticia que publicaba el periódico La Andalucía el 16 de febrero de 1860:

Angelitos. – Hace dos o tres días que, en un callejón o derribo practicable que existe al final de la alameda de Hércules, dando paso a la calle de Ciegos, se hallaban a eso de las cinco de la tarde dos bandos, no ya de chiquillos, sino de mozos con pelos en la cara, que habían hecho una raya divisoria del terreno de la calle, y llamándose los unos moros, y los otros cristianos, pugnaban por pasar cada uno el límite señalado por la raya, que los otros defendían con denuedo, a pelotazo seco.

Estrañamos que no interviniese en la lucha de ambas potencias una tercera, la policía, que con tanta frecuencia tiene por aquellas inmediaciones sus agentes, y no diplomáticos que hubieran debido arreglar un armisticio, llevando a los contendientes a terreno neutral. A la casilla.

Sí, han leído bien. La noticia, que aparece publicada entre el final de una columna y el inicio de la siguiente, describe lo que probablemente podríamos considerar como el primer ejemplo documentado de la práctica del fútbol en España. Se especifica claramente la participación de dos bandos, la división del terreno de juego en dos mitades y la existencia de una pelota. Y ocurrió en Sevilla, en un terreno situado al final de la Alameda de Hércules, dando paso a la calle Ciegos, hoy llamada Pacheco y Núñez de Prado.

La práctica del fútbol en la Sevilla de 1860 tampoco es algo que deba sorprendernos demasiado. Se sabe que la ciudad contaba con una nutrida colonia británica, cuyo número ya superaba las mil personas incluso antes de alcanzar la última década del siglo XIX. Gracias a la prensa británica, también sabemos que el fútbol se había convertido en una tradición en Sevilla y que en 1891 ya llevaba varios años formando parte de las fiestas navideñas.

Por supuesto, el juego al que se refería el escandalizado periodista de La Andalucía sería un fútbol un tanto arcaico. No olvidemos que las reglas del fútbol, tal y como lo entendemos hoy, fueron aprobadas en 1863. Sin embargo, el fútbol es un deporte mucho más antiguo. De hecho, el Sheffield FC, considerado el club de fútbol más antiguo del mundo, nació en 1857. ¿Acaso el Sheffield no jugaba al fútbol antes de 1863? Obviamente, sí. También practicaban el fútbol otros clubes y otras public schools británicas de la época. Y por supuesto, también se practicaba el fútbol en la calle, al igual que se hace hoy. 

¿Quién se atreve a decir que lo que practicaba el joven Maradona en los potreros no era fútbol? ¿Acaso no es fútbol lo que juegan muchos niños en la calle? ¿Necesitan seguir escrupulosamente las reglas fijadas por la International Football Association Board? ¿Necesitan de un árbitro? ¿Necesitan un terreno de juego con unas medidas determinadas? ¿Necesitan ser once contra once? ¿Necesitan un balón con un diámetro y peso determinados? No, quienes ya peinan canas (o ya ni eso) sabrán que en la mayoría de las ocasiones solo se necesita una pelota, dos equipos, un terreno y unas piedras o prendas de ropa para señalar unas porterías, que, por supuesto, carecerán de larguero.

¿Qué otras sorpresas nos deparará la histórica relación entre Sevilla y los orígenes del fútbol español? ¿Aparecerán igualmente hallazgos similares en otros puntos de nuestra geografía? Seamos optimistas.