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martes, 23 de febrero de 2021

8 de marzo: los Mártires de la Libertad y los primeros futbolistas españoles

Si hay una fecha marcada en rojo en el calendario de la ya más que centenaria historia del fútbol español, esa es la del 8 de marzo de 1890. Ese día se disputó el primer partido de fútbol entre dos clubes –Sevilla FC y Huelva Recreation Club– en suelo nacional, con victoria final para los sevillistas por dos goles a cero (2-0). De alguna forma, se considera que con dicho encuentro, disputado en la capital de Andalucía, nacía oficialmente el fútbol en nuestro país. Sin embargo, poco podíamos imaginar que otro 8 de marzo, esta vez en Alicante y 46 años antes, iba a tener lugar un hecho crucial, hasta hoy desconocido, para la historia de nuestro fútbol.


Aquel ya lejano día 8 de marzo de 1844, a las siete de la mañana, en el antiguo Malecón del puerto de Alicante, lugar que hoy ocupa la Explanada de España, eran cruelmente fusilados Pantaleón Boné y veintitrés de sus hombres. Tan solo unas semanas antes, el 28 de enero de ese mismo año, el coronel de caballería y comandante de carabineros Pantaleón Boné entraba con sus hombres en la ciudad de Alicante, liderando así el levantamiento popular de unos ciudadanos que luchaban por la consecución de mayores libertades políticas y sociales en España. El fracaso de este pronunciamiento liberal, sin embargo, no logró desterrar jamás la memoria de aquellos que habían luchado por su causa. Boné y sus hombres serían recordados para siempre como “Los Mártires de la Libertad”, conmemorándose su fusilamiento cada 8 de marzo mediante un acto civil en el Malecón del puerto y un funeral en la iglesia de San Nicolás.


Años más tarde, el 8 de marzo de 1907, se inauguraba en Alicante el Monumento a los Mártires de la Libertad, obra de Vicente Bañuls. Situado inicialmente en el Paseo de los Mártires, el monumento sería trasladado con posterioridad, en 1916, hasta la Plaza del Mar, donde permanecería rindiendo tributo a Boné y sus hombres hasta su retirada definitiva por parte de las autoridades franquistas en la postguerra. Aquella retirada, sin embargo, tampoco lograría acabar con la memoria de Boné y sus hombres, pues desde diferentes sectores de las fuerzas vivas de Alicante, se viene luchando por recuperarla en los últimos años.

No todos los Mártires de la Libertad sufrieron el castigo de una muerte indigna. Algunos, los más afortunados, lograron escapar de Alicante, aunque a costa de pagarlo con el exilio forzoso en tierras extrañas. Al menos unos treinta de aquellos hombres acabarían en Londres. Allí, el 25 de abril de 1844, The Morning Post publicaba un breve anuncio para dar a conocer su difícil situación y solicitar su auxilio económico entre los lectores de este diario inglés. Oficiales y soldados, hombres que habían servido a las órdenes de Boné, malvivían hacinados en tres pequeñas casas de diferentes calles londinenses, sin ropa, sin comida y sin la posibilidad de retornar a su hogar hasta que se aprobase una anhelada amnistía. 


Apenas dos meses después, el 21 de junio de 1844, el mismo diario londinense daba a conocer las andanzas de estos exiliados españoles que lucharon en Alicante. Un grupo de ellos, refugiados en una vivienda de Clarendon-street, una calle de muy mala reputación, conocida como “Little Hell”, habían protagonizado una serie de alborotos en el vecindario. Lo más llamativo de aquella conducta, sin embargo, será un hecho totalmente insólito, algo desconocido hasta la fecha, pero de enorme valor para la historia del deporte que hoy levanta pasiones en todo el mundo. Aquellos refugiados que lucharon a las órdenes de Pantaleón Boné jugaron al fútbol en el Londres de 1844, convirtiéndose así en los primeros españoles, que se tenga constancia cierta, en practicar este deporte. Así nos lo contaba The Morning Post en su edición del día 21 de junio:

“A pesar de que viven de la caridad del público británico, se los puede ver tirados en la acera, colgando por las ventanas, fumando o durmiendo durante el día, y hacia la tarde se visten con sus grotescos uniformes y creando el mayor disturbio jugando al fútbol en la calle...”

 

El artículo continúa describiendo otro tipo de altercados y desordenes que hoy, casi doscientos años después, nos recuerdan, curiosamente, a los que en ocasiones publican los medios españoles en relación al comportamiento de los súbditos británicos en nuestras localidades costeras. Pero, más allá de estas cuestiones, insistimos, lo verdaderamente relevante es el hecho de poder constatar que un grupo de refugiados, que habrían partido de Alicante, obligados al exilio tras el fusilamiento de Pantaleón Boné y sus hombres, un 8 de marzo de 1844, se convirtieron, de alguna forma, en los primeros futbolistas españoles. Cierto es que aquel futbol distaría mucho del que hoy conocemos. Igual de cierto es que en 1844 aún no se habían formulado las primeras reglas de la Football Association (1863), pero nadie puede negar que el fútbol ya existía antes de la creación de esta entidad (FA) y que era ampliamente practicado en las Islas Británicas.


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